Neurótica y sus inicios

Neuroética

Se dice que la neuroética es la moral aplicada al dominio del cerebro, ya que trata acerca de los beneficios y los peligros potenciales de las investigaciones modernas sobre el cerebro, e igualmente se interroga sobre la conciencia, sobre el sentido de sí y sobre los valores que el cerebro desarrolla. La neuroética está en la interfaz de las ciencias empíricas del cerebro, de la filosofía del espíritu, de la filosofía moral, de la ética y de las ciencias sociales, y puede ser considerada, en virtud de su carácter interdisciplinario, como una subdisciplina de las neurociencias, de la filosofía o de la bioética en particular, en función de la perspectiva que se desea privilegiar.
La Neurociencia de la ética está basada en la Neurofilosofía, que es la que indaga sobre las bases neurológicas del conocimiento moral, o sea qué es lo que ocurre en el cerebro cuando se trata de decisiones morales.
La Neurociencia se ocupa del estudio del Sistema nervioso central y periférico y la Neuroética, que proviene de ella, es la moral aplicada al estudio del cerebro, considerado el órgano base de la identidad, de la responsabilidad y de las funciones superiores.

Inicio de la Neuroética

Se puede hablar de la Neuroética como una disciplina con entidad propia desde la reunión celebrada en 2002 en San Francisco (California), organizada por las Universidades de Stanford y California en San Francisco. Especialistas de muy diversos campos se reunieron para estudiar y analizar las implicaciones éticas y sociales de la investigación del cerebro5 . En el año 2003 la “Society for Neuroscience” organizó por primera vez una importante conferencia sobre Neuroética y en el año 2005 la misma sociedad empezó a convocar también conferencias sobre el diálogo entre la Neurociencia y la sociedad que han llegado a ser muy conocidas en los medios de comunicación. En 2006, se constituye la “Neuroethics Society” como un grupo de estudiosos, científicos, clínicos que, junto a otros profesionales, comparten un interés por las repercusiones sociales, legales, éticas y políticas de los avances de la Neurociencia.

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