Un paciente ruso recibirá el primer trasplante de cabeza en 2017.

Una disciplina de reciente creación, como es la neuroética, se enfrenta a un tema muy polémico como es el trasplante de cabeza. En 1970 ya se hizo en monos y anteriormente en perros, ahora es el turno en humanos; previsiblemente para el 2017. Muchos bioéticos y científicos ya se han posicionado en su contra, pero parece que el proceso investigado es irreversible. Este tipo de trasplante pretende beneficiar a personas que padecen enfermedades hoy en día incurables. 

En diciembre de 2017 podremos ver el primer trasplante de cabeza realizado en humanos. El voluntario para someterse a esta complicada operación que se alargaría durante 36 horas es Valery Spiridonov, un programador ruso de 30 años que sufre atrofia muscular espinal, una grave enfermedad genética que afecta a la movilidad.

La operación será capitaneada por el neurocientífico italiano Sergio Canavero, que ha establecido en dos años el tiempo necesario para verificar al 99% la efectividad de esta técnica.  Según ha declarado Valery  Spiridonov a Fox News: "No hay prisa. Sin duda, la operación se realizará cuando el doctor y los expertos estén un 99% seguros de su éxito. Tengo que hacerlo porque no tengo muchas opciones. Mi decisión es definitiva, y no pienso cambiarla".

Además del debate moral surgido en torno a esta operación, muchos científicos han mostrado también su escepticismo ante su viabilidad. La parte más crítica de este proceso surge a la hora de volver a conectar la espina dorsal y el resto de conexiones nerviosas, algo que muchos otros científicos han intentado hacer sin éxito en experimentos con animales. Por ejemplo, Robert White implantó la cabeza de un mono en el cuerpo de otro en 1970, aunque este sólo sobrevivió una semana ya que su cuerpo rechazó la nueva cabeza.

El mayor reto de Canavero sería fusionar las dos médulas espinales. Para ello, dice, utilizaría una sustancia llamada polietilenglicol, un químico que se sabe que ayuda a la unión de las paredes celulares. Un corte limpio de ambas médulas sería la clave del éxito.

El paciente estaría 4 meses en coma inducido tras la operación y no podría moverse hasta pasar un año para favorecer la curación. la operación costará más de 10 millones de dólares y requerirá de más de 150 profesionales médicos para desarrollarla.

Fuente: DMAX.

Comentarios